
Viviendo el duelo juntos
Desde mi experiencia personal.


En este blog, compartiré desde mi experiencia personal, como vivo el día a día para enfrentar la pérdida de un hijo. Juntos podremos encontrar la luz en medio de la oscuridad del dolor.
Duelo sin nombre


La pérdida de un hijo es una de las tragedias más desgarradoras que podemos afrontar los padres, y a menudo se acompaña de una profunda sensación de vacío. En estos momentos, el dolor es tan inmenso que parece que las palabras no son suficientes para describir lo que siento. La sociedad, en su intento de mostrar empatía, a veces se queda corta al ofrecer consuelo, y, por ende, muchos padres sentimos que su pérdida no tiene nombre. Este silencio puede disminuirse al compartir su dolor, al buscar espacios donde se reconozca su sufrimiento. Es esencial comprender que cada historia es única, y aunque mi hijo no esté físicamente presente, su memoria perdura en el corazón de quienes lo amamos, aunque no siempre se exprese en palabras. La ausencia de un nombre no minimiza el amor y el vínculo que existió.
Apoyo en el duelo
Para sobrellevar este dolor profundo, es fundamental que busquemos apoyo profesional. Los terapeutas y consejeros especializados en duelo, pueden ofrecer un espacio seguro para que nosotros los padres expresemos las emociones, compartamos el dolor y encontremos formas de sanar. Es importante que nos demos tiempo para procesar su pérdida. Con el apoyo adecuado, pude encontrar rumbo en la oscuridad y recordar a mi hijo de manera que honre su vida y legado a través de este proceso de sanación, aunque el dolor nunca desaparece del todo, podremos aprender a vivir con él y a reconstruir nuestras vidas.
Consejos desde mi experiencia
Permítete sentir el duelo como creas conveniente. No hay una forma correcta de lamentar y cada emoción es válida. Establecer rituales en memoria de tu hijo, ya que esto puede ayudar a mantener viva su memoria y encontrar un sentido en medio de la pérdida.(Esto lo veremos en el blog)
Grupos de apoyo
Participar en grupos de apoyo brinda la oportunidad de conectar con otros que han vivido situaciones similares, fomentando un sentido de comunidad y comprensión.


¿Cuáles son las fases del duelo?
Siempre me habían hablado de esto, pero cada persona lo vivirá de una manera diferente y no tiene porque llevar este orden.
1. Negación: El primer escudo emocional
Esta etapa inicial funciona como un amortiguador. El shock de la pérdida, especialmente cuando se trata de un miembro cercano de la familia como los padres, puede hacer que nuestra mente se rehúse a aceptar la realidad. Frases como "esto no puede estar pasando" o "seguro es un error" son comunes. La negación le da a la persona el tiempo necesario para procesar gradualmente la pérdida.
2. Ira: El dolor busca salida
Una vez que la negación comienza a disiparse, la emoción que suele emerger es la ira. Esta puede estar dirigida hacia médicos, hacia otros miembros de la familia o incluso hacia la persona fallecida. "¿Por qué me dejaste?", "¿Por qué no hicimos algo antes?" son pensamientos comunes. Esta etapa puede generar tensión dentro de la familia, por lo que es importante comunicar y validar los sentimientos sin juzgar.
3. Negociación: La ilusión de un desenlace distinto
En esta fase, las personas intentan hacer tratos mentales o espirituales para revertir la pérdida. Es frecuente pensar: "Si me porto bien, podría volver", o "Si no hubiera hecho eso, tal vez aún estaría aquí". Aunque parece irracional, esta etapa es un intento de tomar control sobre lo que ya no lo tiene. En familias que han perdido a un hijo o a un padre, la negociación puede traer sentimientos de culpa muy profundos.
4. Depresión: La profundidad del vacío
La realidad de la pérdida se vuelve abrumadora. Aparece un dolor más profundo y constante. Pueden surgir preguntas como "¿Cómo viviré sin él o ella?", "¿Volveré a ser feliz?". La familia puede ver afectada su dinámica, y es frecuente que los padres que han perdido a un hijo entren en una etapa de aislamiento emocional. Es fundamental distinguir entre una tristeza normal y una depresión clínica que requiere atención profesional.
5. Aceptación: Aprender a vivir con la ausencia
Aceptar no significa olvidar. Es reconocer que la vida ha cambiado para siempre, pero también es encontrar una nueva forma de vivir con el recuerdo. En esta etapa, muchas personas comienzan a rendir homenaje a sus seres queridos, compartiendo memorias, creando rituales familiares o encontrando un propósito en ayudar a otros que atraviesan el duelo.
Estas fases fueron propuestas por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross en 1969 y se conocen como el "modelo de las cinco etapas del duelo".
Estoy aquí para contarte mi experiencia personal.